miércoles, 30 de abril de 2014

El mito de Origen en dos policiales psicológicos de Córdoba





Dos libros de las Ediciones del Copista- Las Videncias de Irene (Retamoza) y Después del Carnaval (Alfonso) abordan una trama policial desde su punto psicológico, adentrándose en la profundidad de dos vidas "descarriadas" con el contacto de La Gran Ciudad, la pérdida del mito originario y la destrucción de un edípico lugar de retorno materno a edad ya tardía, generando así un trauma psicopatológico.

Vamos por parte, en Las Videncias de Irene (2010) Víctor Retamoza narra la vida de Quilino, ese pueblito tranquilo que se conmociona por un misterio que, luego será develado en toda su fatalidad.

Julieta, niña mimada hija de franceses, desaparece un dìa sin dejar rastros y dejando a sus padres destrozados por su partida, mientras que el Doctor Vivanco  abandona el pueblo que lo erigió como salvador de sus pacientes.

A la vez, ante el abandono de su marido, Irene -la maestra del pueblo- sobreprotege a su hijo, a tal punto que más que ser madre-hijo parecen gemelos (como sentencia la adivina del pueblo).
El niño se convierte en un personaje hosco y desalmado que quiere seguir los pasos de su padre (según piensa) y triunfar en la ciudad (en Buenos Aires), pero sólo se ve envuelto en una red de mentiras y estafas pues es incapaz de adquirir una carrera de medicina impecable como la de su progenitor.

En un giro narrativo estas historias fragmentadas se convertiràn en una sola entrelazadas indisolublemente por la tragedia y por la presiòn de quienes usan "màscaras" para fingir lo que no pueden ser (una constante en los relatos de Retamoza, quien fuera sumariante policial).


En el caso de Después del Carnaval, Federico llega a Córdoba Capital para seguir sus estudios, realmente lo "tiene todo", estabilidad financiera, una familia que lo espera en su pueblo natal y que ha querido asegurarse de que el "Benjamin" de la familia será tan exitoso como todos sus hermanos, primos y tíos; pero algo queda librado al azar y el chico se corrompe aquí. Otra vez el tema policial no es develado al inicio sino al final de la trama, siguiendo la estructura del "policial de suspenso" dond eel crimen no surge como intriga sino como resultado de la serie de acciones cronológicamente dispuestas antes.

Federico bebe whisky, se droga, duerme gran parte del día y conoce a una mujer -la verdulera del barrio- que es esposa de un carnicero que a su vez tiene arraigambre con la familia de los Bairoletto y Mate Cosido  (los bandidos rurales, el segundo con la cabeza cosida después de una herida) lo que permite al narrador adentrarse también en la psiquis de los modos del hampa desde la cuestión del honor y el "malevaje" distinguido.

Federico no gusta del modelo de exito que ha previsto su familia para él, le gustan las artes, la literatura y tiene una gran conciencia social de ayuda al prójimo, pero a la vez es un debilucho, alguien que no sabe qué hacer de su vida.

Delia, en cambio, es una mujer muy pobre con una hija que quiere escapar de un marido violento.
Ambos personajes se encuentran en las antípodas de la vida, queriéndose amparar mutuamente lo que genera resistencia a su amor por Federico, pero también deseo, por suspuesto, de alcanzar una vida mejor de su mano.

Se le llama "mito de origen" al conjunto de prácticas sociales y saberes dispuestos consuetudinariamente a revalorizar el lugar de origen, a menudo de madera edénica como un lugar no corrompido por el "afuera", de carácter profundamente endogámico y que es símbolo de la felicidad del infante -generalmente todavía no desplazado por completo de  su complejo de edipo- y  en conjunción natural con la familia y el entorno.Deshabitar este lugar primero de seguridad es siempre violento, pero será clave para evitar el estado psicopatológico.

Para Claudio Diaz (sobre el "mito de origen"): "se trata de una determinada manera de construir la relación legítima con un pasado configurado a la vez mediante un proceso de selección que supone énfasis, omisiones y silenciamientos" (Díaz, 2005, 7).

¿Podrán estos jóvenes salir realmente de ese estadio idílico y abrirse paso hacia la madurez ?


DIAZ, F. Claudio. El lugar de la “tradición” en el paradigma clásico
del folklore argentino. Buenos Aires, Actas del VI Congreso de la IASPM – AL., 2005.

miércoles, 23 de abril de 2014

El humor transerrano en la voz de Doña Jovita






En contraste con el carácter relativamente fijo y permanente del texto escrito, la palabra oral es evanescente por definición y su principal valor es el performativo. A diferencia de la cultura escrita la palabra hablada se piensa como un evento, como una acción y no como un registro de conocimiento o como un signo mediador. (V. Pacheco, citado por Anderlini)

En el contexto popular oral, la expresión tiende a ser copiosa y redundante por ello la reiteración es la primera marca de oralidad que, en general, tiene además la función precisa de ser un recurso mnemotécnico porque más que el acto locutivo del decir, lo que importa es la acción que el discurso encarna en si mismo, su ilocutividad, y el efecto que desea producir o su valor perlocutivo. 


Por ser “cara a cara”, la tradición oral siempre busca ensalzar la figura del narrador, destacando su picardía a través de su ingenio para contar. En las poblaciones rurales especialmente, como señala Anderlini, siempre hay una tensión entre el saber local y el foráneo. Hablamos de poblaciones donde mayormente no transitan otras  personas que no sean las oriundas de allí y que se valen de miles de mañas para vender sus productos regionales cuando ingresan los turistas en verano, generalmente la mayor fuente de sus ingresos pero tan importante como breve.

Anderlini destaca el caso de traslasierra: los hermosos pagos de nuestro querido Curita Brochero -entre Córdoba y el límite ya con San Luis o, un poco más acá, en las poblaciones de Villa Dolores: Mina Clavero, Cura Brochero- donde la gente suele vivir de los turistas que compran sus artesanías, sus unguentos, los "yuyitos para el mate" (yerba buena, peperina, cedrón, etc.) y sus exquisitas comidas criollas, como pastelitos y empanadas. 

En estas poblaciones el  contar mismo constituye en palabras de De Certeau, una de las principales “artes de hacer” de los nativos en su disputa por captar la atención de los turistas, pero a la vez demostrar que ellos tienen el poder, ante todo, por que son baqueanos naturales de esos montes y sierras tan esquivos para ser localizados.

El porteño, por ser el principal turista es a quien más se busca (y sobre todo, el que más dinero gasta, como se puede ver en las encuestas naturales de los turistas donde se entiende que el cordobés citadino por vivir cerca no es el más dadivoso).

El serrano caracterizado naturalmente por su humor, busca posicionarse ante el turista haciendo gala de sus unguentos, de sus saberes prácticos en medio de sitios inhóspitos para los “de la Capital” y con una gran destreza para no “aburrir” al oyente operando como un baqueano natural de "sus pagos".

En este aspecto -según sostiene Detienne citado por Torres Roggero- el canto ocupa un lugar primordial “por su extraordinario poder para dar nacimiento a la creencia, para movilizar a la opinión y a las multitudes y para dar así a la ciudad múltiple su identidad secreta y muda en una sola voz” (TORRES ROGGERO, 2005: 11).

Según Viggiano Essaín,sus cantos son bienes patrimoniales populares, acaudalados por el hilo invisible, pero ininterrumpido de la tradición latente en el alma de los pueblos como su savia nutricia(VIGGIANO ESAIN, 1953:5).

Se trata de hacer creer, por medio de la palabra, que la cultura del nativo no es aprehensible ni trocable por la figura del extranjero porque él ante todo tiene el conocimiento geográfico (indisoluble a su cultura misma, bajo la figura que Kusch delimitó como “geocultural”) . Ya lo decía Martín Fierro:

Yo no sé porqué el gobierno
nos manda aquí a la frontera
gringada que ni siquiera
se sabe atracar a un pingo.
¡Si creerá al mandar un gringo
que nos manda alguna fiera!
No hacen más que dar trabajo,
pues no saben ni ensillar;
no sirven ni pa carniar:
y yo he visto muchas veces
que ni voltiadas las reses
se les querían arrimar.

A menudo el “nativo” opera con formas “transculuradoras” de saberes a medio camino entre lo local y lo cosmpolita, lo popular y lo letrado, la religión católica y el legado indígena, dando lugar a entramados complejos que, por semejante superposición de estilos y discuros, deviene en un producto heterogéneo hasta el absurdo.
Veamos un ejemplo (click para el audio) 


Doña Jovita, el personaje de la abuelita de traslasierra que cuenta sus vivencias a un desprevenido locutor citadino y claramente “racional” frente al desparpajo de la abuela, es una muestra excelente de ese entramado heterogéneo que logra el efecto, en este caso, de humor. 
 
Se trata de un humor "serrano" alejado de la chanza citadina, más directa y contundente. Es un humor que se va forjando a través incluso de la "espera" en el remate, incorporando situaciones cada vez más increíbles y complicando la trama original del "cuento" hasta el nivel de lo absurdo (la reiteración sobre un mismo tema llega a un exasperante interludio que se vuleve a menudo tautológico).

Tanto el Negro Alvarez como Cacho Buenaventura son dos herederos de estas formas, pero si alguien lo refleja cabalmente es Landriscina, con su figura quieta como "agua de tanque".

Volvamos a Jovita, esta abuelita ingeniosa que lo desconcierta a Rony Vargas (conductor de Cadena 3, radio de Córdoba) y que bien nos muestra, a través de la desopilante historia de "Medio Pollo", que cuando un problema surge, el nativo siempre tiene una respuesta para dar, aunque ello dé por resultado la tragicómica historia de un pollo que no llegó a ser entero, pero le puso mucha destreza a su vida. 

(Escucha el audio en el siguiente video)



Ver:
Anderlini, Silvia. 1999. Una mirada poscolonial a la narrativa regional de Córdoba. Emcor. Córdoba. 
Essaí, Viggiano. 1969. Cancionero Popular de Córdoba. Editorial de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. 

lunes, 14 de abril de 2014

Romanticismo como mètodo y presentaciòn de poemas de Alfredo Mors

Los siguientes poemas fueron escritos por el poeta tucumano-cordobès Alfredo Mors y constituyen un ejemplo del romanticismo, como método de escritura.

1.Ante todo se trata de plasmar en el poema una experiencia subjetiva,  el objeto del poema es la experiencia misma:

"Condensada gota de angustia…
rueda lenta en tu mejilla.
Los ojos habían rebalsado…
ya nada podía contenerla.
Una simple gota y tanto…
una simple gota y la nada.
Esa lágrima lo decía todo…
el adiós, la partida, despedida…
todo terminaba…
también nuestra vida…" (La Lágrima)

 2. En segundo lugar aparece el instante de la fatalidad, como ya se prevè en el anterior ejemplo, se trata de un desencanto posterior al positivismo del Siglo de las Luces, una revelaciòn del tiempo como estado no determinado por el hombre sino por las fuerzas misteriosas de la naturaleza. Sobreviene el dolor, ante lo que no se puede controlar. Esta sensación rodea los poemas de Mors: 

Si la tierra no grita…
y el viento en la distancia
no
 trae el mensaje esperado…
Si las olas no arrastran
la botella a la playa del ayer…
Si el trueno no expande
su estallido en el aire…
Si el rayo no surca el cielo
con su luz… en noche cerrada…
Si la luciérnaga no titila
anunciando el principio
de un atardecer sereno…
Si el ave ya no trina
en despertares de estío…
Si no estás tras los cristales
de tu ventana al poniente…
y allí como pendiente
no esperas mi llegada…
No habrá amanecer
de nuevo tiempo…
ni esperanza que aliente…
ni la noche…, ni el día (Si...)

3. Claro que en contraste a esa experiencia aparece un paisaje detalladamente descripto que es testigo de soledad y nostalgia: los dos sentimientos que más predominan en los poemas. 

BREVEDAD DE TIEMPO 
Espérame, que mi tiempo es breve, 
pasó el instante de aquella premura,
 pasó el momento en que la locura,
sumergió en la noche la prisa que mueve. 
Espérame, que mi tiempo es breve, 
 no guardes aquellos espantos que provocaron tantos llantos, 
 deja a la brisa que al fin los lleve.
Espérame, que mi tiempo es breve, 
 no desesperes, capullo de flor nueva, 
confía en la aurora que renueva,
 retiene mi vida que hoy se atreve. 

 4. Por el caràcter innato del tono romàntico - del romanticismo como mètodo-, èste se convierte en un cuadro paisajista, lo cual se refuerza como hipòtesis en las pinturas del poeta, que busca en la regiòn idìlica de un tiempo no contaminado por la crueldad del hombre,  el consuelo de su alma atormentada. La naturaleza habla con un rumor de río y la aliteración del sonido de palabras oculsivas y fricativas (br) que dejan un pequeño eco detrás de su perpetuidad en el sonido del hablante. 

 
OLA Y ROCA

La ola llega a la roca en la playa
una y otra vez, la acaricia suavemente…
o la golpea con denodado tesón.
Aquella trae en su blanca espuma
rumores e historias de
lejanos paisajes,
y en millones de burbujas las cuenta
y recuenta con extraño denuedo.
La roca en su firmeza, no sabe cómo
participar en el intenso diálogo….
más se deja pulir y modelar por la ola,
cambiando su faz entre flujo y reflujo.
¿Qué cambia en la roca?
¿Es sólo su textura de férrea dureza
o aquella corteza, se deshace y deja…
que sean las historias que la ola cuenta
las que amorosamente, van puliendo
su corazón endurecido por el tiempo?
Ola y roca dialogan así, rompiendo…
el límite que impuso el destino,
hasta parecer que una y otra no pueden…
ser en plenitud, si alguna… falta a la cita
.


5. No gustan los romànticos de grandes disquisiciones sobre el poema, prefieren evocar los sentimientos.  Y para màs, aquì estàn los ejemplos:

viernes, 4 de abril de 2014

Tango al diván: la nostalgia como vehículo del misterio en Cuesta Abajo, de Fernando Stefanich


Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...



Tango y nostalgia:

La nostalgia del tango es fiel reflejo de la nostalgia del habitante de Buenos Aires a comienzos del nuevo siglo (el 1900).
Nostalgia de la ausencia materna que simbólicamente duplica en las historias, el tema de la Madre Patria perdida para los inmigrantes, los primeros grandes adeptos del tango y quienes pusieron su talento y emoción a su servicio en el nuevo cancionero.
La nostalgia del tango también refleja la melancolia del hombre de la gran ciudad que debe dejar su primer sosten afectivo, las inigualables experiencias del primer amor, el potrero, los amigos, el barrio y -por supuesto- la vieja querida que queda allá a lo lejos en un sentido tono edípico de frustración constante. Símbolo de adultez y dolor (adolecer).
La orilla del tango es el lugar por excelencia para el relato borgeano. Se trata de buscar en el pasado una identidad que férreamente se oponga al implacable paso de las horas que, como los espejos y la cúpula, generan terror porque marcan el paso incesante del río que, esta vez, no retorna.

Hay en las miradas borgeanas de Fervor de Buenos Aires un implícito retorno edípico o un deseo de volver a la estadia plena de la infancia en una voz narradora que se cobija en la gran casa (símbolo del seno materno), en los patios internos, en los grandes pasillos donde reviven los fantasmas cada día.
Y sin embargo, Borges ataca al tango-canción por despojar al tango de su alegría inicial y se vuelve a la milonga, en un paso idílico de sublimación de la pobreza real bajo la figura del "malevo".

Tango que me hiciste mal...

Y en ese dilema tan argentino del tango, Stefanich se basa para crear una novela de suspenso magnífica: Cuesta Abajo.
Porque la curiosa muerte de Gardel, dejó a más de uno con la duda y alimentó miles de ideas curiosas sobre la posibilidad de la subsistencia del cantante a esa fallido vuelo. Teorías conspirativas que lo ubicaron a la par de otros como Elvis Presley, de cuya muerte oficial también se duda.

Esta novela se adentra en la figura no pública de Gardel, en la nostalgia del argentino, en la "secta de los comunes" que quieren destruir al tango-canción, al tango entristecido, a tango que los hace míseros día a día.

Biografía no oficial:

Stefanich se nutre de la historia "no oficial" de Gardel, armando el hilo magistral de una novela policial. Se adentra en el dolor del pobre Gardel que millones de argentinos día a día usan como chivo expiatorio para llorar sus propias frustraciones tarareando un tango, bien sentido y doloroso, como la vida misma.
Un posible intertexto con el "informe sobre ciegos" se abre entre la psiquis de la Argentinidad y la manda al diván y la muerte de Gardel develará un final insospechado...