miércoles, 23 de abril de 2014

El humor transerrano en la voz de Doña Jovita






En contraste con el carácter relativamente fijo y permanente del texto escrito, la palabra oral es evanescente por definición y su principal valor es el performativo. A diferencia de la cultura escrita la palabra hablada se piensa como un evento, como una acción y no como un registro de conocimiento o como un signo mediador. (V. Pacheco, citado por Anderlini)

En el contexto popular oral, la expresión tiende a ser copiosa y redundante por ello la reiteración es la primera marca de oralidad que, en general, tiene además la función precisa de ser un recurso mnemotécnico porque más que el acto locutivo del decir, lo que importa es la acción que el discurso encarna en si mismo, su ilocutividad, y el efecto que desea producir o su valor perlocutivo. 


Por ser “cara a cara”, la tradición oral siempre busca ensalzar la figura del narrador, destacando su picardía a través de su ingenio para contar. En las poblaciones rurales especialmente, como señala Anderlini, siempre hay una tensión entre el saber local y el foráneo. Hablamos de poblaciones donde mayormente no transitan otras  personas que no sean las oriundas de allí y que se valen de miles de mañas para vender sus productos regionales cuando ingresan los turistas en verano, generalmente la mayor fuente de sus ingresos pero tan importante como breve.

Anderlini destaca el caso de traslasierra: los hermosos pagos de nuestro querido Curita Brochero -entre Córdoba y el límite ya con San Luis o, un poco más acá, en las poblaciones de Villa Dolores: Mina Clavero, Cura Brochero- donde la gente suele vivir de los turistas que compran sus artesanías, sus unguentos, los "yuyitos para el mate" (yerba buena, peperina, cedrón, etc.) y sus exquisitas comidas criollas, como pastelitos y empanadas. 

En estas poblaciones el  contar mismo constituye en palabras de De Certeau, una de las principales “artes de hacer” de los nativos en su disputa por captar la atención de los turistas, pero a la vez demostrar que ellos tienen el poder, ante todo, por que son baqueanos naturales de esos montes y sierras tan esquivos para ser localizados.

El porteño, por ser el principal turista es a quien más se busca (y sobre todo, el que más dinero gasta, como se puede ver en las encuestas naturales de los turistas donde se entiende que el cordobés citadino por vivir cerca no es el más dadivoso).

El serrano caracterizado naturalmente por su humor, busca posicionarse ante el turista haciendo gala de sus unguentos, de sus saberes prácticos en medio de sitios inhóspitos para los “de la Capital” y con una gran destreza para no “aburrir” al oyente operando como un baqueano natural de "sus pagos".

En este aspecto -según sostiene Detienne citado por Torres Roggero- el canto ocupa un lugar primordial “por su extraordinario poder para dar nacimiento a la creencia, para movilizar a la opinión y a las multitudes y para dar así a la ciudad múltiple su identidad secreta y muda en una sola voz” (TORRES ROGGERO, 2005: 11).

Según Viggiano Essaín,sus cantos son bienes patrimoniales populares, acaudalados por el hilo invisible, pero ininterrumpido de la tradición latente en el alma de los pueblos como su savia nutricia(VIGGIANO ESAIN, 1953:5).

Se trata de hacer creer, por medio de la palabra, que la cultura del nativo no es aprehensible ni trocable por la figura del extranjero porque él ante todo tiene el conocimiento geográfico (indisoluble a su cultura misma, bajo la figura que Kusch delimitó como “geocultural”) . Ya lo decía Martín Fierro:

Yo no sé porqué el gobierno
nos manda aquí a la frontera
gringada que ni siquiera
se sabe atracar a un pingo.
¡Si creerá al mandar un gringo
que nos manda alguna fiera!
No hacen más que dar trabajo,
pues no saben ni ensillar;
no sirven ni pa carniar:
y yo he visto muchas veces
que ni voltiadas las reses
se les querían arrimar.

A menudo el “nativo” opera con formas “transculuradoras” de saberes a medio camino entre lo local y lo cosmpolita, lo popular y lo letrado, la religión católica y el legado indígena, dando lugar a entramados complejos que, por semejante superposición de estilos y discuros, deviene en un producto heterogéneo hasta el absurdo.
Veamos un ejemplo (click para el audio) 


Doña Jovita, el personaje de la abuelita de traslasierra que cuenta sus vivencias a un desprevenido locutor citadino y claramente “racional” frente al desparpajo de la abuela, es una muestra excelente de ese entramado heterogéneo que logra el efecto, en este caso, de humor. 
 
Se trata de un humor "serrano" alejado de la chanza citadina, más directa y contundente. Es un humor que se va forjando a través incluso de la "espera" en el remate, incorporando situaciones cada vez más increíbles y complicando la trama original del "cuento" hasta el nivel de lo absurdo (la reiteración sobre un mismo tema llega a un exasperante interludio que se vuleve a menudo tautológico).

Tanto el Negro Alvarez como Cacho Buenaventura son dos herederos de estas formas, pero si alguien lo refleja cabalmente es Landriscina, con su figura quieta como "agua de tanque".

Volvamos a Jovita, esta abuelita ingeniosa que lo desconcierta a Rony Vargas (conductor de Cadena 3, radio de Córdoba) y que bien nos muestra, a través de la desopilante historia de "Medio Pollo", que cuando un problema surge, el nativo siempre tiene una respuesta para dar, aunque ello dé por resultado la tragicómica historia de un pollo que no llegó a ser entero, pero le puso mucha destreza a su vida. 

(Escucha el audio en el siguiente video)



Ver:
Anderlini, Silvia. 1999. Una mirada poscolonial a la narrativa regional de Córdoba. Emcor. Córdoba. 
Essaí, Viggiano. 1969. Cancionero Popular de Córdoba. Editorial de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. 

1 comentario:

  1. Hola Mariana soy Pablo Semán, recien hoy vi tu mensaje en mi abandonado blog. Necesito contactarme con vos. Me buscas por Facebook?

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